Cuando chico era un niño bastante
solitario, de pocos amigos, prefería muchas veces quedarme en mi casa, solo,
viviendo mi mundo, no necesitaba a nadie más. Creo que sentía que en cierto
modo nadie me podía entender, simplemente no tenía los mismos intereses que el
promedio de los niños de mi edad.
A medida que la enseñanza básica
se iba desarrollando, yo iba formando diferentes redes sociales, comencé a
hacerme más amigos y a relacionarme más con la gente, pero todas las relaciones
de amistad tenían un tiempo limitado, siempre había algo que terminaba
incomodándome y me alejaba, quizás en ese tiempo nadie logró convertirse en un amigo de verdad.
Las palabras grandes siempre me
han incomodado, las demostraciones de cariño y de cercanía, entonces sentía que
no podía llamar a cualquier persona "amigo", obviamente uno para no
ser tan pesado termina llamándole así a todas las personas con las que te
relacionas día a día y que por supuesto te caen bien.
Cuando estaba terminando la
básica mis papás me dieron la opción de irme a estudiar a un liceo de Osorno,
yo lo acepte sin meditarlo mucho, ya que no me sentía cómodo donde estaba,
quería empezar otra vez y en un nuevo lugar.
Postulé a un liceo, al mejor
municipal de Osorno, había que dar pruebas para entrar, cuando llegué solo me
acerqué a un rincón y me quedé ahí parado, sin compañía. No le hablé a nadie ya
que me hubiera sentido invadiendo su espacio, además todos andaban en grupo,
todos eran compañeros de curso, por lo mismo yo me limitaba a observar a esa
gran cantidad de gente de mi misma edad que se paseaba por el patio del liceo
sintiéndose grande.
De repente y de la nada se me
acerca una niña, me hace la mejor pregunta que me han hecho en la vida,
"¿estás postulando al liceo?" y yo sin analizar la estupidez de la
pregunta y sin pensar mucho dije que sí, me armó conversación por un par de
minutos hasta que se devolvió donde sus amigas. Pasó otro rato y se acercan dos
niñas, comienzan a hablarme hiperventiladamente
lo cual me hizo sentir un poco incomodo, ya que no me sentía con mucha
confianza, comencé a caminar con ellas por el patio y me presentaron a otra
niña, la Paly.
Después de ese día comencé a
comunicarme con ellas por internet, de las tres niñas que había conocido, dos
quedaron y una no, yo también quedé. Después vino la jornada de verano,
obviamente me junté con quienes ya conocía, ellas eran bastante sociables, así
que fui conociendo harta gente ahí.
Cuando llevábamos poquito tiempo
en el liceo empecé a hablar harto con Nacho, después de un par de meses se
convirtió en mi mejor amigo, algunas personas decían que en tan poco tiempo era imposible
crear ese lazo, pero yo lo sentía y era bacán. Aparte de él hablaba harto con
ciertas personas de mi curso de ese entonces, entre ellos mi mejor amiga, la
Yanira, también me relacionaba con
varios del primero "I".
A medida que transcurría el año
me iba sintiendo más cómodo en esta nueva vida, sentía que tenía amigos y que
podía relacionarme mejor con mi entorno de lo que lo había hecho antes.
Cuando pasé a segundo medio ya
tenía hartas redes sociales conformadas, armábamos grupos tremendos de unas 10
o 15 personas y salíamos todos juntos, comíamos helado y esas cosas, lo
pasábamos bastante bien.
Cuando llegué a tercero medio,
era como comenzar todo otra vez, después de haber estado sin clases por casi 9
meses las cosas cambian, tenía un nuevo curso, a simple vista no me agradaba,
si bien el curso anterior no me gustaba mucho, lo prefería con respecto a éste
que era nuevo. A pesar de todo de a poco fuimos todos conociendonos lentamente
y afiatandonos más como curso.
Llegó un momento en el que mis
mejores amigos estaban pololiando y me sentí de alguna forma desplazado por
ellos, me sentía dejado de lado y por lo tanto solo, empecé a buscar nuevas
amistades. Había un grupito dentro de mi curso que eran un poco opuestos a mí,
yo me sentaba adelante, si bien hablaba mucho trataba de poner atención, hacía
todos los trabajos y tenía buenas notas juajua que nerd, quizás los opuestos si se atraen, con el paso
de los días, semanas y meses me fui integrando a ellos, lo pasábamos bien, me
apoyaban y respetaban a pesar de las diferencias, en poco tiempo los logré
considerar verdaderos amigos.
En cuarto medio de ese grupo
quedamos dos jaujua que triste, pasaron diferentes cosas y nos alejamos
un poco aunque nunca dejamos de hablar, de sentarnos juntos en las clases, en
fin, de ser amigos, quizás nos faltó un poco de comunicación, pero a la larga
seguimos siendo amigos y creo que eso era lo más importante.
Ese año mi curso se unió más que
nunca, de alguna forma todos nos llevábamos bien, hacíamos hartas cosas todos juntos
y a pesar de las diferencias que podían haber cada uno tenía un papel especial
dentro del "Cuarto B", me daba bastante nostalgia separarme de ese
grupo donde me sentía más cómodo de lo que me había sentido nunca, pensaba que
después de eso volvería a ser el solitario que nunca encaja. culiao emo XD
Yo quería estudiar teatro en la
Chile pero por cosas de la vida terminé entrando a comunicaciones en la UC, yo
no sabía mucho por no decir nada sobre la UC, sabía que tenía buen
prestigio y por eso me metí ahí, con el tiempo supe que era privada XDDD y de la
reputación que tenía, está llena de cuicos a medida que me iba enterando
de estas cosas más pesaba "uuuh donde me estoy metiendo -.-".
En el sur está la visión de los
santiaguinos mala onda, que si pasas por el lado de ellos te empujan, y que de
verdad no están ni ahí contigo porque están muy ocupados con sus mil problemas
en la cabeza. A todo esto se le sumaba los prejuicios de todos hacía los de la
UC, los "cuicos", yo revisé la lista de mis futuros compañeros en
TeamPSU, habían hartos apellidos raros, o sea que no escuchaba regularmente
entre mi entorno, con eso me preparaba para volver a estar un poco solo otra
vez. ah que penoso jusajusa
Unos días antes de entrar comencé
a hablar con una compañera, ella me invito a juntarme con ella y otro compañero
el día que entrabamos a la U y así no andar solo. Nos juntamos y con ellos ese
mismo día conocimos a harta gente. A partir de ese día empecé a conocer a varias
personas con cuales compartía carrera.
Con el pasar de las semanas y los
pocos meses que llevamos hasta ahora me di cuenta de lo equivocado que estaba
antes, empecé a entablar relaciona con personas que sin conocerme del todo me
empezaron a considerar su amigo, personas que se preocupaban de mí y se ponían
felices cuando algo bueno me pasaba. Es difícil llegar a una nueva ciudad,
donde no conoces a nada ni nadie, pero esas personas se hicieron presente en mi
vida y aunque a veces me sentía solo, me di cuenta de que estaba reclamando de
lleno nomás, estaba rodeado de gente buena onda y en la que me podía apoyar
cuando lo necesite.
Hubo un momento en donde entendí
todo esto, o sea que nunca estuve solo, siempre hubo gente que se preocupaba
por mí, y supe que si hay amigos de verdad, y que la amistad sincera se ve cada
día en los pequeños detalles, a lo que me refiero es que muchas veces la gente asumen
que porque una persona no da la vida por ellas no es su amigo, yo me di cuenta
de que eso no tiene nada que ver, a veces simplemente no se puede, pero cada
día en cada detalle vemos quienes son nuestros amigos de verdad, en quienes están
dispuestos a escucharte y esperan que los escuches, en quien se alegra porque
te pasa algo bueno y espera que te alegres cuando está feliz, en fin la amistad
verdadera está presente en todas las personas que día a día te demuestran su
cariño con los pequeños detalles que pocas veces tomamos en cuenta.